¿Alguna vez has pensado en lo que sería no poder oler?

La mayoría de nosotros nacemos con olfato, pero ¿alguna vez has pensado en lo que sería no poder oler? La capacidad para oler también afecta a la capacidad para saborear, por lo que, sin el sentido del olfato, las papilas gustativas solo pueden detectar algunos sabores, lo que afecta considerablemente a la calidad de vida de las personas.  

La pérdida del olfato se conoce como anosmia y, en este artículo, vamos a contarte todo lo que necesitas saber sobre este trastorno, que ha tomado un gran protagonismo al ser uno de los primeros síntomas que provoca la Covid-19.

 

¿En qué consiste exactamente la anosmia?

La capacidad de oler es un proceso complejo que involucra la nariz y el cerebro. Cuando el aire pasa por la nariz, las moléculas de olor se unen a los receptores de los nervios olfativos, que se encuentran en un revestimiento especializado en la parte superior de la cavidad nasal, llamado epitelio olfatorio. La estimulación de los nervios olfativos hace que transmitan una señal al cerebro, donde se procesa en un aroma que una persona puede reconocer e identificar.

La anosmia es la pérdida total o parcial del sentido del olfato.Cualquier cosa que interfiera en estos procesos, como la obstrucción nasal o un daño a las células nerviosas, puede provocar la pérdida del olfato.

La anosmia es, básicamente, la pérdida total o parcial del sentido del olfato y puede ser un problema en sí mismo o un síntoma de otro problema de salud, como en el caso de la Covid-19. Además, su duración puede ser de poco tiempo, como cuando una persona tiene la nariz tapada por un resfriado, o permanente.

Algunas personas tienen un sentido del olfato reducido, es decir, pueden oler algunos aromas y otros no, lo que se conoce como hiposmia.  Además, aunque es poco común, algunas personas nacen sin el sentido del olfato, una afección que se conoce como anosmia congénita. Esto ocurre cuando hay un trastorno genético hereditario o un desarrollo anormal del sistema olfativo.

Este trastorno también puede afectar el estado de ánimo.El sentido del olfato está íntimamente ligado al sentido del gusto: si una persona no puede oler algunos alimentos, probablemente también tenga problemas para saborearlos. Esto puede provocar falta de apetito, pérdida de peso y desnutrición, especialmente en los ancianos. Además, las personas con anosmia pueden consumir accidentalmente alimentos amargos o rancios porque no pueden detectar los olores que señalan el deterioro.

Lo cierto es que la anosmia puede ser peligrosa, ya que, por ejemplo, las personas con este trastorno pueden no ser conscientes de que están respirando aire tóxico, contaminado o lleno de humo.

Asimismo, este trastorno también puede afectar el estado de ánimo. Una persona puede sentirse triste o deprimida porque no puede oler la comida, las flores u otras cosas que aumentan e influyen en la alegría de la vida.

Causas de la anosmia

Muchas personas pierden algo de su sentido del olfato o del gusto a medida que envejecen, pero, generalmente, la falta del sentido del olfato es causada por una lesión o un problema de salud, como trastornos nasosinusales, traumatismo craneoencefálico o infecciones como enfermedades virales.

La anosmia también puede ser congénita (presente al nacer), idiopática (sin causa conocida) o relacionada con la demencia, como la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer.

Con mayor frecuencia, los cambios en el sentido del olfato son causados por:

Los cambios en el sentido del olfato son causados por varios motivos.

Estos cambios no solo provocan la pérdida del olfato, sino que también pueden hacer que la persona huela cosas que no están ahí (fantosmia), como humo o tostadas quemadas, tener el sentido del olfato reducido (hiposmia) o cambiar el olor de las cosas (parosmia).

Otra causa es cuando los conductos nasales están obstruidos de alguna manera, ya que la capacidad de oler también se ve afectada. Esto ocurre cuando hay tumores, pólipos nasales o deformidad nadal.

Además, las vías olfativas, que envían mensajes entre las fosas nasales y el cerebro, pueden deteriorarse con la edad y con ciertos medicamentos. A esto se une que ciertas afecciones médicas pueden entorpecer o disminuir el sentido del olfato:

  • Enfermedad de Alzheimer.
  • Aneurisma cerebral.
  • Cirugía cerebral.Afecciones médicas que pueden entorpecer o disminuir el sentido del olfato.
  • Cáncer.
  • Exposiciones químicas a insecticidas o solventes.
  • Diabetes.
  • Enfermedad de Huntington.
  • Síndrome de Kallmann.
  • Síndrome de Klinefelter.
  • Psicosis de Korsakoff.
  • Desnutrición.
  • Esclerosis múltiple.
  • Atrofia multisistémica (MSA).
  • Enfermedad de Paget.
  • Enfermedad de Parkinson.
  • Enfermedad de Pick.
  • Terapia de radiación
  • Rinoplastia.
  • Esquizofrenia.
  • Síndrome de Sjorgren.
  • Lesión cerebral traumática.
  • Deficiencia de zinc.

Diagnóstico y tratamiento de la anosmia

Los trastornos del olfato pueden ocurrir repentina o gradualmente. El diagnóstico, generalmente, comienza con la autoevaluación del paciente, aunque no todos los pacientes que tienen disfunción olfativa mensurable se dan cuenta.

El diagnóstico comienza con la autoevaluación del paciente.De esta forma, para determinar la causa, el médico puede preguntarle sobre enfermedades recientes o lesiones en la cabeza o la cara, cuándo se notó por primera vez la disminución de la capacidad para oler y si hay otros síntomas. Así, puede realizar un examen de la cabeza, el cuello y la nariz y preguntar por la historia familiar y personal del paciente.

El examen también puede incluir una endoscopia nasal para buscar causas obstructivas como pólipos o hinchazón, un análisis de sangre para buscar una deficiencia de vitaminas u otros problemas de salud o una resonancia magnética o tomografía computarizada para buscar problemas en el cerebro.

También se le puede pedir al paciente que se someta a pruebas.También se le puede pedir al paciente que se someta a pruebas para identificar olores comunes y determinar la gravedad de disfunción olfativa. Además, dado que la disfunción olfativa de inicio agudo está incluida en los criterios de diagnóstico para Covid-19, el paciente puede someterse a pruebas de SARS-CoV-2.

En cuanto al tratamiento, este depende de si la causa es algo que puede mejorar por sí solo o solucionarse. Normalmente, el sentido del olfato regresa si, por ejemplo, fue causado por un resfriado o por tomar algún tipo de medicamentos. De hecho, hasta dos tercios de los casos asociados con enfermedades virales se resuelven por sí solos.

Además, el entrenamiento olfativo, que implica la exposición diaria a un conjunto de olores comunes, es una opción de tratamiento, aunque se están realizando más investigaciones sobre la capacidad de las neuronas olfativas dañadas para regenerarse y el papel de los medicamentos en esta regeneración.

Si una lesión, enfermedad o cirugía daña los nervios que controlan el sentido del olfato, es posible que esa persona no pueda volver a oler. O el sentido del olfato regresa, pero es diferente de cómo era antes.