La varicela está causada por el virus varicela-zóster, cuando esta se reactiva se produce el el herpes zóster.

Prácticamente, más del 80 % de las personas pasan la varicela antes de cumplir los 10 años y, seguramente, tú seas una de esas personas. La enfermedad de la varicela está causada por el virus varicela-zóster, perteneciente a la familiar Herpesviridae y es una enfermedad que está distribuida por todo el mundo

No obstante, ¿sabías que la varicela equivale a la infección primaria y que es posible una reactivación de la infección a los años? ¡Así es!

Cuando este virus se reactiva, se produce el herpes zóster, al cual conocerás por culebrilla, una infección latente por persistencia del virus en los ganglios dorsales de la médula espinal. En este artículo, vamos a explicarte en qué consiste este herpes, cuáles son sus manifestaciones, complicaciones, diagnóstico y tratamiento. ¿Preparado?

 

¿Qué es el Herpes Zóster?

El Herpes Zóster, también llamado culebrilla, es una infección viral de los ganglios dorsales y de la piel, que ocurre con la reactivación del virus varicela-zóster. Aunque suele ser una erupción autolimitada con dolor, puede ser mucho más grave y, los casos agudos, a menudo conducen a la neuralgia postherpética (NPH).

El Herpes Zóster, también es llamado culebrilla.Este herpes tiene una gran importancia en la vejez por su elevada incidencia y frecuencia de presentación y por el alto porcentaje de secuelas dolorosas que persisten tras sufrir el proceso. También ocurre con frecuencia en infectados por VIH y en pacientes inmunodeprimidos, donde suele ser más grave. No obstante, es importante destacar que no es contagioso.

Como hemos comentado, el agente etiológico es el virus de la varicela-zóster, que pertenece a la familia de los herpes viridae, un virus DNA y esférico. La primoinfección produce la varicela y, a partir de ese momento, el virus queda latente en las neuronas de los ganglios sensitivos de los pares craneales o raíces dorsales.

Tras un periodo variable de tiempo, se produce la reactivación del virus, dando lugar al cuadro clínico del herpes zóster. La inmunidad celular es el principal factor que determina el momento de la aparición.

Manifestaciones clínicas y complicaciones

Distintas manifestaciones del Herpes Zóster en el cuerpo.La primera manifestación clínica del herpes de zóster es el dolor de la zona inervada por la raíz nerviosa afectada, es decir, a lo largo del dermatoma afectado. De hecho, antes de que aparezca la erupción, suele aparecer una hipersensibilidad cutánea, con dolor en un solo lado, hormigueo y ardor.

A los dos o tres días, comienzan a aparecer pápulas rojizas, un sarpudillo leve que primero se ve como pequeñas manchas rojas, pero que se terminan convirtiendo en ampollas. Posteriormente, estas ampollas se vuelven amarillas y se secan, dejando pequeñas cicatrices con hongos.  

A lo largo de varios días continúan apareciendo lesiones, que se curarán en un periodo de 15 días. El dolor y el resto de síntomas desaparecen junto a la erupción.

Precisamente, esta erupción ocurre con mayor frecuencia en el tronco y las nalgas, aunque también puede aparecer en brazos, piernas o cara. En la cara puede provocar dificultad para mover algunos músculos, caída del párpado, hipoacusia, pérdida del movimiento ocular, problemas en el sentido del gusto e incluso problemas de visión.

Entre las posibles complicaciones que se pueden desarrollar con este tipo de herpes, la más frecuente es la neuralgia posherpética, un trastorno que afecta las fibras nerviosas y de la piel, causando un dolor urente y duradero, que continúa incluso después de que el sarpullido haya desaparecido.

Otras complicaciones incluyen cutáneas (diseminación, infección bacteriana, eccematización y zóster necrótico), viscerales (neumonías, hepatitis, gastritis y artritis) y neurológicas (síndrome de Ramsay-Hunt, meningoencefalitis y parálisis periféricas motoras).

¿Cuál es su diagnóstico y tratamiento?

El diagnóstico generalmente implica obtener un historial médico y realizar un examen físico. De hecho, se sospecha de herpes zóster en pacientes con el exantema característico y, a veces, antes de que aparezca si los pacientes tienen dolor típico en una distribución dermatómica.

La prueba de Tzanck puede confirmar la infección.En ocasiones, si el diagnóstico es ambiguo, la detección de células gigantes multinucleadas con una prueba de Tzanck puede confirmar la infección, pero esta prueba es positiva tanto con herpes zóster como con herpes simple.

¿Cuál es la diferencia entre ambos? El virus del herpes simple puede causar lesiones casi idénticas, pero, a diferencia del herpes xóster, este tiende a reaparecer y no es dermatómico.

Por otro lado, la detección de antígenos a partir de una muestra de biopsia y hacer un análisis de sangre también pueden ser útiles para diagnosticar el herpes zóster.

En cuanto al tratamiento, la medicación puede ayudar a aliviar parte del dolor, pero la enfermedad tiene que seguir su curso y, por eso, el profesional de la salud recetará el medicamento según la edad de la persona y la gravedad de los síntomas.

El tratamiento incluye medicamentos antivirales, como Aciclovir, famciclovir o valaciclovir, especialmente para pacientes inmunodeprimidos. Generalmente, se administrandentro de las 72 horas posteriores al inicio de los síntomas y también se pueden utilizar compresas húmedas para calmar el dolor.El tratamiento incluye medicamentos antivirales.

Con antivirales orales se puede reducir la gravedad y duración de la erupción aguda y la tasa de complicaciones graves en pacientes inmunodeprimidos, así como la incidencia de neuralgia posherpética.

En esta línea, el manejo de la neuralgia posherpética puede ser particularmente difícil y los tratamientos incluyen gabapentina, pregabalina, antidepresivos clínicos, ungüento tópico de capsaicina o lidocaína e inyección de toxina botulínica. Pueden ser necesarios incluso los analgésicos opioides.

¿Cómo puedo prevenirlo?

Existen vacunas para prevenir la culebrilla o disminuir sus efectos. De hecho, se recomienda que los adultos sanos, mayores de 60 años, reciban la vacuna Shingrix, que se compone de dos dosis separadas entre dos a seis meses.

Por otro lado, la vacuna recombinante es la vacuna preferida para la prevención del herpes y parece brindar una protección mucho mejor y más duradera que la anterior vacuna contra el zóster vivo atenuado de dosis única. Para adultos inmunocompetentes de 60 años o más, se recomienda la vacuna recombinante.

No obstante, la vacuna elaborada con virus vivos contra el herpes zóster también puede usarse en ciertas circunstancias, como, por ejemplo, si una persona es alérgica a la vacuna recombinante.

Imagen: Claves diagnósticas en dermatología Acreditado: Universidad San Jorge
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